Recibe con toda solemnidad el nombre de 'hemline theory' o 'teoría del dobladillo'. Expuesta por un oscuro economista norteamericano en los años 20, sostiene que la prosperidad se corresponde con la medida del largo de las faldas.
Desfile de Paul & Joe en la Semana de la Moda de París.
Les queremos decir que si cada individuo hubiera descubierto América y que, una falda larga, al tener más tejido, es una muestra inequívoca de que la gente elegante tiene poder adquisitivo. Pero os equivocáis de medio a medio.
Según George Taylor, la bolsa y la falda están íntimamente ligadas porque, cuando la una sube, la otra se acorta. He aquí la demostración:
En los años 20, la falda se lleva por la rodilla, lo cual, en la época, significa corta. Wall Street se comporta bien.
En los años 30, tras el crack de 1929, las faldas se ocultan bajo largos atuendos.
Hasta ahí, desde el punto de vista histórico, la teoría se sostiene. Salvo por el hecho de que los años 40 van a echar por tierra este buen razonamiento; durante la guerra, por razones de índole práctica, las faldas son cortas. Habrá que esperar a los años 60 para volver a dar la razón a la 'teoría del dobladillo'. Esta década marca el comienzo del consumo de masas, el 'boom' del 'prêt-à-porter' y el surgimiento de la minifalda, invento que popularizó la diseñadora inglesa Mary Quant.
La década siguiente señala la decadencia de la economía y del tejido: los hippies visten atuendos largos. Podemos apuntarle un tanto al visionario americano.
Enseñar las piernas para sostener la economía
Los treinta años que siguen son más difíciles de descifrar. Las piernas se cubren y descubren al son de las colecciones de moda sin coincidir particularmente con las inferencias de George Taylor. Y qué más da. Su teoría ha seducido a los creativos publicitarios de la marca de cuchillas de afeitar Quattro. En Canadá, 'Shick Quattro for Women' proclama que las mujeres deben decantarse por las faldas más cortas para sostener la economía (y, cómo no, afeitarse las piernas).
Publicidad para la cuchilla de afeitar Schick Quattro

La marca ha sacado en línea un cronograma que ilustra los frágiles vínculos entre faldas e índices bursátiles.
Harold Koda, del museo Metropolitan de Nueva York, explica en una entrevista en el 'Telegraph' que, si bien la teoría del dobladillo no siempre es aplicable, muestra en cualquier caso que los grandes creadores saben tomarle el pulso a la sociedad:
Cuando estamos psicológicamente abatidos, sumidos en el pesimismo, tendemos a cubrirnos, y eso implica que nos ponemos mangas largas, escotes menos pronunciados, faldas largas y medias opacas.
¿Qué revelan entonces las nuevas tendencias acerca de la crisis? Es evidente que los economistas que no la vieron venir no asistieron a los desfiles de moda de primavera-verano de 2008 donde florecieron los vestidos interminables al estilo de los años 70. Las tiendas 'prêt-à-porter' rebosan este año estos modelos.
Y quienes temen que la crisis se prolongue, pues se afeitan. La colección de invierno 2009/10 de Paul & Joe presagia algo más que prosperidad
Un beso y mucha suerte con el blog.
Mirá Ahí Va !!